Esta es la historia de Manuel, un niño con una edad indefinida, huérfano por causa de la violencia y recluido en lo que parece ser un orfanato llamado irónicamente la «Casa de los infantes del Señor». Manuel es el hijo por excelencia del holocausto y posee la extraña cualidad de despertar en los demás el deseo de protegerlo y amarlo. Cumpliendo con la última voluntad de su madre, escapa del orfanato y viaja a Bogotá en busca de su abuelo. La ciudad se le parece a una ballena que tiene deseos de tragárselo, no tiene dinero, está solo y sin amigos, pero tiene la suerte de conocer a un ser humano magnífico: Santiago Solís un viejo taxista, casi tan viejo como su propio vehículo, que lo ayuda y lo lleva a su casa. Sin embargo, Manuel se pierde y desde ese momento pasa de un protector a otro, recorriendo la ciudad y conociendo a todo tipo de personas, aunque siempre añora a su entrañable taxista. Manuel se convierte en un reflejo de la dura realidad que nos rodea a todos, pero también es un símbolo de coraje y de esperanza.